Porque no es obligatorio ser heterosexual

La Comisión Provincial por la Memoria inauguró “L*SOTR*S. No es obligatorio ser heterosexual”, una muestra colectiva sobre diversidad sexual que puede visitarse hasta fines de noviembre en la sede del organismo, ubicada en calle 9 n° 984 de La Plata.

Se trata de un espacio dedicado al acervo documental de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (Dippba), que consiste en lejagos y fichas sobre persecución policial a la disidencia sexual e identidad de género. El repaso de cada documento deja en evidencia que el seguimiento y la inteligencia realizados a personas señaladas como travestis, homosexuales, lesbianas y amorales no fue constante ni sistemático, aunque sí existía cuantiosa información en el archivo del organismo que demuestra cómo los agentes de inteligencia se inmiscuían en la vida íntima de las personas.

Entre los archivos que se exponen también hay lugar para las “crónicas de la disidencia sexual”, relatos posibles de historias de vida construidas a partir del acervo documental de Dippba, recopilado por Cristian Prieto.

Una de las expositoras de la muestra es Romina Elvira, fotógrafa de 0223. Su trabajo "Antonio tiene quien lo quiera", publicado en el primer número de revista AJO, quedó entre los seleccionados.

En el acto de inauguración, del que participaron unas 300 personas, el presidente de la CPM, Hugo Cañón, expresó: “Como Comisión, nos hace sentir particularmente contentos poder tener un espacio como éste para partir de un piso y construir desde ahí mucho más en función de una sociedad igualitaria y más integrada”.

“En nuestro país se han vivido épocas terribles de persecución y discriminación. En épocas de dictadura, pero también de seudodemocracia, hubo un especial ensañamiento en la persecución de aquellos que tuvieran una orientación sexual diferente, y sin embargo esto no ha sido visibilizado lo suficiente aún. No podemos olvidar, por ejemplo, la política que llevó adelante Frondizi, que pactó con la Iglesia católica y puso al frente del área de moralidad de la Federal a un comisario avalado por la jerarquía eclesiástica”, dijo.

También mencionó que “a los inmorales, a los que pecaban, había que sacarlos de circulación e invisibilizarlos porque traían indecencia a la sociedad”. “Esta persecución -agregó- no solamente estaba destinada a quienes tuvieran una orientación sexual diferente, sino también a quienes eran infieles, y de esa manera purificaban o santificaban a la sociedad. Y esto estaba naturalizado”.

En ese contexto, Cañón subrayó que “debemos saber que los logros en materia de género de los últimos años no están ganados de forma definitiva” y reparó en que “esto es una pelea que hay que darla día a día, el derecho hay que conquistarlo".