"Las dietas son el mayor fracaso del siglo XX"

¿Cuántas veces intentamos hacer dieta y fracasamos? Ya no es necesario pasar hambre en vano. Al menos, esa es la propuesta de la médica nutricionista Mónica Katz a través de la NO dieta. La especialista viene a Mar del Plata a presentar su particular método que asegura que es posible bajar de peso sin renunciar a comer lo que nos gusta.

Katz dialogó con 0223 y reveló los secretos de la fórmula que plantea que la comida funciona y que las dietas tal como las conocemos no. Parece alocado, pero propone un modelo de tratamiento basado en legalizar el placer.

-¿En qué se basa el éxito de la NO dieta?

- Durante mucho tiempo yo hice dietas de hambre, le prohibí a la gente comer cosas ricas, le dije que cierre la boca. Pero un día me di cuenta que esto no funcionaba, que la única manera de poder sostener una alimentación saludable era incluyendo en cada día aquello que más nos gusta. La certeza baja cotidianamente el deseo y la prohibición lo aumenta.

Un día quise salir del silencio y denunciar el mayor fracaso del siglo XX, que son las dietas. Cada día hay más dietas y sin embargo tenemos una epidemia de obesidad. Nosotros a los pacientes les decimos que coman, que aprendan, con técnicas, con recursos, pero que cada día se aseguren tener eso que les gusta, porque tenerlo les vuelve a dar el control sobre su alimentación.

- ¿Qué es la legalización del placer?

- Yo empecé a trabajar esto con pacientes diabéticos en un hospital público en la década del 80. De a poco les iba dejando consumir cosas dulces y me di cuenta que les hacía bien. Legalizado lo que se les prohibía, los pacientes sólo comían eso. Cuando vos tenés que comer lo que debés, comés lo que debés y lo que querés. Pero cuando vos comés lo que querés, comés una sola vez. Esto demuestra que se puede perder peso sin renunciar al placer.

- ¿Bajar de peso es una causa o una consecuencia en este proceso?

- Bajar de peso es una consecuencia. Nunca nos proponemos que los pacientes bajen de peso, sino que el eje es el cambio. Tienen que modificar su forma de alimentación en base a cinco reglas, hacer algún tipo de ejercicio y también cambiar la relación que tienen con la comida. Los seres humanos no comemos por hambre, comemos por emociones. Estamos acostumbrados a utilizar la comida como tapón, para no pensar, no sentir. Yo necesito sentirme enojado, si estoy enojado, no comer, porque sino la próxima vez que vuelva a sentir enojo, voy a volver a comer.

- ¿Cuáles son esas cinco reglas que cambian la forma de alimentación?

- Por un lado, debemos armarnos de un ambiente seguro, donde está lo que me gusta comer, pero no en grandes cantidades. Como segunda regla, debemos comer cuatro veces al día, en horarios flexibles y si es necesario realizamos colaciones. El tercer fundamento, se basa en comer un solo plato. En cuarto lugar, si comiste carne, tenés que comer harina y viceversa. Por último, si te gusta el dulce, comete un dulce cada día, chiquito, no un cuarto kilo de helado. Esto no es una dieta, no hay magia, es simplemente volver al sentido común.

- ¿Sirven los productos light?

- Funcionan en la medida que sean light en calorías y esto implica que tienen un 25% menos de calorías que un producto regular. Pero lo que se ha demostrado es que si la gente consume algo light, luego lo compensa con un producto común. Muchos se comen un paquete entero de galletas de arroz y se podrían haber comido unas tostadas con dulce. No es que esté mal que consuman productos light, sino que a esos productos no le tienen respeto.