Churros con historia: Manolo, el humilde carrito que cruzó el océano para huir de la guerra y se convirtió en un clásico marplatense

La historia comienza a mediados de la década de 1930, en Burgos, España. Continúa en Uruguay y desembarca en Mar del Plata en 1980 para iniciar un camino que lo convirtió, poco a poco, en uno de los clásicos de la ciudad.

Hoy, tanto visitantes como lugareños asisten a sus locales para disfrutar de sus sabores únicos.

27 de Abril de 2025 15:04

Don Manuel Benito Santurian y su esposa Claudia Ortiz instalaron un humilde puesto callejero para vender churros y buñuelos en Burgos, España. Era el año 1935 y ni se imaginaban que estaban colocando la piedra fundacional de lo que sería, no solo una marca internacional, sino también uno de los sabores más tradicionales de algunas ciudades, como Mar del Plata.

Pero ese emprendimiento no era solo un negocio. Era el sustento de una familia que pensaba en el mañana. Eran épocas duras: la Guerra Civil Española cubría todo el país y, en 1950, Santurian decidió abandonar su tierra natal y emigrar con toda su familia a Sudamérica, exactamente a Uruguay.

La historia de Manolo en imágenes.

De Montevideo al corazón de América

En Montevideo, la familia reanudó la tradición de los churros. Rápidamente, aquel sabor tan particular fue reconocido por locales y turistas, lo que llevó a sumar al modesto local de Parque Rodó, uno en Punta del Este y un puesto móvil en Piriápolis.

Pero los Santurian no se detuvieron allí. En los años 80, Manuela, una de sus hijas, se mudó a Mar del Plata y, en esta ciudad costera abrieron el primer local en Independencia y 9 de Julio. Recién en 1983 se instaló el tradicional espacio de Rivadavia, con tan solo 14 mesas para el servicio.

Dado el buen recibimiento de sus recetas españolas, la empresa familiar tuvo que comenzar a pensar en ampliar su oferta, incorporando panes, pastas, pizzas, diversos platos y repostería.

Años después, los hijos de Don Manuel y Doña Claudia expandieron la marca más allá de las fronteras, llevando el nombre Manolo a países como Perú, Costa Rica, Panamá y Estados Unidos. En este último destino, Juan Manuel, nieto de Don Manuel Benito, fue el encargado de hacer crecer la franquicia en Miami, inaugurando una serie de locales en esa ciudad.

Manolo en Mar del Plata.

En Miami, el espacio Manolo se convirtió en el lugar de encuentro para muchos argentinos, tanto residentes como turistas, necesitados de algo que los acerque a su país. Ocasionales comensales aseguraban: “Los churros de Miami tienen exactamente el mismo sabor que los de Mar del Plata”.

“El churro le gana a la medialuna, y la milanesa a la napolitana es todo un clásico”, comentó alguna vez un encargado de un local en esa ciudad. En 2010, Juan Manuel Santurian expresó que el éxito obtenido en esa plaza respondía a que: "Manolo es una firma que mantiene un prestigio y un estilo de calidad para la elaboración de cada producto. Todo lo que vendemos lo elaboramos aquí, ya que contamos con un equipo de cocineros marplatenses muy eficientes, la base de nuestro negocio. Hemos tenido gran aceptación con los churros, que son una fórmula española; las facturas, la pizza a la pala, las empanadas, las milanesas de res o pollo, las hamburguesas con fritas, los brochettes y los pescados. Los sándwiches de miga los hacemos utilizando manteca, crema de leche y muy buenas harinas".

Manolo en Punta del Este.

Manolo va más allá de sus productos gastronómicos: también es una empresa familiar que conserva las recetas caseras desde sus principios y la constante de sostener a sus empleados durante mucho tiempo.

Hoy cuenta, en Mar del Plata, con cinco sucursales (La Costa, Alem, Centro, San Luis y Güemes), en las que es imposible ingresar sin hacer fila. Hace algunos años, se dijo que la empresa había adquirido el lote donde se encontraba el Castillo, en la zona de avenida Constitución y Ortega y Gasset, para poner un nuevo local, pero no hay novedades sobre ese proyecto aún. Lo que sí queda claro es que es uno de los clásicos de la ciudad de Mar del Plata: Manolo, el de las picadas, el de las rabas, el gestor del enfrentamiento entre los fanáticos de los churros con dulce de leche y los fanáticos de los churros con pastelera.

El día en que Manolo cerró sus puertas

En 2018, una lamentable tragedia golpeó a la familia dueña de Manolo: el asesinato de Juan Manuel Santurian. Ese día, la clásica churrería de Mar del Plata bajó sus persianas por duelo. En las puertas de vidrio se podían leer carteles hechos en hojas A4 y pegados en los vidrios de los frentes de las tres sucursales que decían: "Cerrado por duelo".

La familia, marcada por esta pérdida, cerró temporalmente los locales en señal de duelo. Los avisos en Alem, Rivadavia y Boulevard Marítimo reflejaban la tristeza de una comunidad. Los vecinos más memoriosos sostenían que nunca habían visto esa postal: no recordaban la imagen de un Manolo cerrado al público.

Elegidos por marplatenses y turistas.