La increíble historia del cocinero marplatense que fue trasplantado con un órgano de Córdoba: "Todavía no caigo"
Carlos vivió una cirugía histórica y su familia dice que fue un milagro. El emotivo relato de su hija y los detalles de una operación contrarreloj.
Carlos es cocinero, todos lo conocen. Pasó por muchos restaurantes de Mar del Plata y finalmente terminó trabajando en Waikiki. Todos los días miraba el mar y se inspiraba en el paisaje para hacer los mejores platos. Hasta acá, su historia parece ser la de un marplatense más pero no es así: su vida cambió hace dos años cuando tuvo un diagnóstico escalofriante.
Comenzó a sentirse mal y los médicos fueron concluyentes: cirrosis. Algo insólito y sorpresivo, ya que Carlos no era alcohólico. "Era una condición hepática autoinmune. Lo peor es que el hígado graso puede retroceder pero la cirrosis no", contó a 0223 su hija, Milagros.
Como si fuera una premonición, esa palabra tendría un significado más grande en su vida que el nombre de su hija.
De la cocina, pasó a las clínicas y lo estudios le sentenciaron un destino irreversible: debía ser trasplantado. El camino no fue fácil y toda la familia ayudó a encontrar un órgano que salvara su vida.
"Entró en una lista de espera nacional pero ante cada episodio de descompensación sus órganos iban empeorando y su cuadro se volvió más urgente. La verdad es que fue un proceso muy largo y de mucha paciencia. Él hizo un esfuerzo enorme, trabajó hasta una semana antes de la cirugía", narró Milagros.
Las listas eran larguísimas y normalmente la espera llega durar años, pero hubo una segunda sorpresa: en sólo siete meses, apareció una posibilidad. El órgano estaba en la provincia de Córdoba.
"Nos dijeron que había que ir a buscarlo y no nos hicimos ilusiones porque es todo a último momento. Pero cuando pasó todo, fue increíble", aseguró su hija que, como es instrumentadora quirúrgica, conoce los riesgos de una operación tan grande.
El equipo de la Fundación Mar del Plata Trasplante y la Clínica Pueyrredon fueron fudamentales en la tarea de coordinar el traslado, garantizar las condiciones y realizar una intervención única en la ciudad. En total, fueron 10 horas de cirugía. Carlos, su familia y los médicos pasaban a la historia.
"Todavía no caigo, nos costó entenderlo hasta que salió de cirugía. Siempre tuvimos mucha fe y energía positiva. Él entró al quirófano con una sonrisa porque hasta ahí no creía que su órgano iba a llegar. Por suerte, tuvimos mucho apoyo y mensajes hermosos, recibimos mucho amor", rememoró la joven, que también agradeció a la obra social Osarpyh.
Después de ser tapa de todos los diarios, el hombre de 62 años hoy se encuentra en plena recuperación, fue dado de alta y está en su casa bajo observación.
"Tuvo una recuperación increíble, todo fue un milagro. Nos demostró que una mala noticia puede terminar en algo bueno", dijo y brindó un mensaje muy importante: "Estamos agradecidos para toda la vida con esa familia que le pudo dar una segunda oportunidad a nuestro papá, para que podamos seguir teniéndolo. Nos gustaría conocerlos algún día. Y la gente debe saber que los órganos no van al cielo. Sé que es un duelo muy grande pero una sola persona puede salvar hasta cuatro vidas. Tenemos grandes profesionales de la salud en Mar del Plata y hay que saber que los órganos quedan en buenas manos".
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