Un pequeño grupo de caceroleros se coló en la fiesta

Un reducido grupo de manifestantes se quejó contra la Presidenta.

9 de Enero de 2013 23:41

Por Redacción 0223

PARA 0223

por Luciana Acosta


El arribo de la Fragata Libertad al puerto de Mar del Plata movilizó este miércoles a miles de personas de distintos puntos del país que se acercaron a la zona de Playa Grande para recibir con aplausos y banderas argentinas a la tripulación del buque escuela. Pero mientras los turistas y marplatenses intentaban encontrar el mejor lugar sobre el boulevard Marítimo, la rotonda del Golf y hasta el Parque San Martín para tratar de obtener las mejores imágenes del buque, a poco más de 300 metros del escenario donde después hablaría la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, un grupo de autoconvocados se organizaba para realizar un cacerolazo con fuertes críticas hacia el gobierno nacional.

El punto de encuentro fue la esquina Saavedra y la Costa, frente al hotel Costa Galana. Hasta allí se acercaron poco más de 50 manifestantes con latitas, cacerolas de aluminio y varios carteles de cartulina en los que se acusaba a la primera mandataria de “corrupta” y “mentirosa”. Poco después, la cantidad de caceroleros se duplicó y se levantaron dos grandes pancartas en las que se leía “Cristina montonera” y “Yo te vi decir que se quedaran con la Fragata”. También entonaron el Himno Nacional e improvisaron cánticos en los que expresaban su “preocupación” ante la posibilidad de que “Argentina se convierta en Venezuela o Cuba”.

Pese a que en un primer momento se creyó que la protesta no iba a pasar a mayores, se produjo cierta tensión cuando el grupo intentó avanzar en dirección a la Base Naval y algunos militantes kirchneristas comenzaron a bailar y cantar frente a ellos. Esa escena, en la que primó el intercambio de insultos, se extendió durante varios minutos pero el malestar se acrecentó luego de que la policía montara un cordón de efectivos escudados para separar a ambos sectores: hubo forcejeos y agresiones verbales de los dos lados.

“Estamos contentos de que la Fragata haya vuelto al país pero no estamos de acuerdo con que se use nuestra plata para mover a esta gente que viene solamente a aplaudirla a ella”, dijo a 0223 Carlos Pampillón quien, megáfono en mano, instaba los miembros de las agrupaciones a “bancarse solitos una esquina a la 2 de la mañana”. Detrás suyo, algunas mujeres gritaban “vagos” y “planeros” a los militantes que pedían por la reeleción de Cristina y aseguraban que “Néstor no se fue”.

A esta altura, el vallado humano que conformaban los uniformados se había reforzado -la seguridad privada del Costa Galana había hecho lo propio en el ingreso al hotel- y la cantidad de curiosos que observaban el enfrentamiento desde la vereda de la avenida Patricio Peralta Ramos ya era superior a la de caceroleros y militantes.

Al frente de la columna de autoconvocados pronto se sumó la secretaria general del Sindicato de Gastronómicos de Mar del Plata, Mercedes Morro, quien dijo que lo hacía en calidad “militante peronista” pero, principalmente, como “opositora al gobierno nacional”.

La tensión se reavivó en numerosas oportunidades, sobre todo cuando los participantes del cacerolazo lograban distinguir entre la multitud a los integrantes de las agrupaciones políticas que empezaban a alejarse del sector de la Base Naval. Inclusive, algunos les arrojaron botellas plásticas vacías. “La Policía no sirve, acá tienen que salir los militares a controlar las calles de nuevo”, exclamaba un hombre, mientras señalaba a una joven que egresó en diciembre de la escuela de policía local y éste era el primer “gran operativo” de su carrera.

La desconcentración de los manifestantes se produjo instantes después de que la Presidenta finalizara su discurso y los fuegos artificiales iluminaran la costa marplatense. “Hijos de puta, hijos de puta”, gritaban de cara al mar, mientras los militantes oficialistas hacían resonar sus bombos y platillos. Y se fueron agitando sus carteles y cacerolas. Antes, Pampillón aclaró que “ésta no iba a ser la última vez” y agradeció a la Policía por haberlos “acompañado”.

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